¿Es insuficiente la normativa actual de calidad del aire para protegernos? Un estudio realizado por la Universidad de Castilla-La Mancha nos lo cuenta.

Numerosos estudios científicos avalan que los elevados niveles de contaminación atmosférica, típicos de grandes urbes o zonas industrializadas, perjudican gravemente a la salud. Lo que no está suficientemente estudiado es si en zonas con baja densidad de población o poca industrialización, donde los niveles de contaminantes atmosféricos son legalmente admisibles, provocan efectos adversos sobre la salud.

La Universidad de Castilla-La Mancha realizo un estudio sobre la asociación entre contaminación atmosférica y enfermedades cardiovasculares que  son una de las principales causas de mortalidad en la Región,  durante el periodo 2006-2015. Para ello, se tomaron muestras de contaminantes, se seleccionaron la concentración diaria de partículas en suspensión con diámetro inferiores a 2.5 μm (PM2.5), a 10 μm (PM10) y el dióxido de nitrógeno (NO2).

Estos contaminantes provienen, principalmente, de la actividad humana (uso de vehículos, calefacciones, fábricas…). Aunque las partículas también pueden tener un origen natural, por ejemplo, debido a intrusiones de polvo sahariano.

Además de los contaminantes, se tuvo en cuenta el efecto de las variables atmosféricas humedad relativa y temperatura. Los valores se obtuvieron de la red de vigilancia de la calidad del aire, concretamente de las estaciones de Toledo, Albacete, Guadalajara y Ciudad Real. Estos datos se relacionan con el número de ingresos diarios por ECV, considerando como tales enfermedades cardiacas (infarto agudo de miocardio, angina de pecho, arritmia cardíacas, insuficiencia cardíaca…) y enfermedades cerebrovasculares o ictus.

Durante los 10 años que abarca este estudio ingresaron 109.974 personas por ECV, con una media de 27 ingresos al día. De estos, alrededor de 9 ingresos fueron por ictus y 18 ingresos por enfermedades cardíacas.

Los diagramas que representan los ingresos medios por ECV frente a la concentración de contaminantes muestran que, a valores inferiores a los límites que establece la Directiva Europea 2008/50/EC, se aprecian incrementos significativos en el número de ingresos. Por ejemplo, cuando se alcanzan concentraciones medias diarias de 16,9 μg m-3 para PM2.5 y 22,8 μg m-3 para NO2.

Estos resultados permiten concluir que es necesaria una revisión de los valores límites tomando como referencia los valores guía de la OMS, que sí son similares a los observados en este estudio.

Ref. Artículo  theconversation.com

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